El componente eléctrico
(campo eléctrico) tiene su origen en diferencias de voltaje y mientras más
elevado sea el voltaje, más intenso será el campo resultante. Un campo
eléctrico puede existir aunque no haya corriente. Por otro lado, el componente
magnético (o campo magnético) tiene su origen en las corrientes eléctricas. Una
corriente más elevada da como resultado un campo magnético más intenso, es
decir, la magnitud del campo magnético cambia con el consumo de energía
eléctrica.
La controversia sobre el
posible vínculo entre los campos electromagnéticos y el cáncer está centrada en
el componente magnético,
es decir los campos magnéticos.
Los campos magnéticos se
originan por el movimiento de cargas eléctricas, es decir, los campos
magnéticos tienen su origen en las corrientes eléctricas. Cuando hay corriente,
la magnitud del campo magnético cambiará con el consumo de poder; cuanto mayor
sea la intensidad de la corriente, mayor será la intensidad del campo
magnético. Los campos magnéticos son más intensos en los puntos cercanos a su
origen y su intensidad disminuye rápidamente conforme aumenta la distancia a la
fuente. Los materiales comunes, como las paredes de los edificios, no bloquean
los campos magnéticos.
Las principales fuentes de
campos magnéticos de baja frecuencia son la red de suministro eléctrico
(transformadores, líneas de alta tensión, etc) y todos los aparatos eléctricos.
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